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Iniesta y Busquets: Profesores de Periodismo

PROFESORES DE PERIODISMO

 

Con la cabeza no solo se piensa.
Salvo casos de uso inusitado, como puede ser dar un cabezazo en el pecho de un rival (sin que nadie se sienta aludido), a parte de emplearse para darle vueltas a las ideas, estúpidas o no, que puedan surgir a cada momento, la cabeza sirve para ganar.


Así, a secas, para ganar, para lograr la victoria, para empezar la avalancha de abrazos, para desbordar los besos, para que la alegría reine, para que se apague la preocupación.

 

Es, sin entrar en los elogios redundantes que por estos días se hacen de su juego, no sin toda la razón, lo que hace la selecciona española de fútbol. Más allá de la fidelidad irrestricta que mantienen con su idea de juego, impermeable al cambio de jugadores y al paso de los años, la solución para abrir sus dos primeros partidos de la Eurocopa ha pasado por el lugar donde otros tantos albergan telarañas, teorías, recuerdos o simplemente materia gris.

 

Primero fue Piqué, siguiendo la costumbre del torneo de marcar a última hora, y ahora le correspondió el turno a Álvaro Morata. Claro, eso es lo que dejan las imágenes, lo que podrán ver quienes, en el futuro, se pregunten por los partidos de la Roja de Del Bosque en el campeonato continental de 2016.

 

Sin embargo, lo que no sabrán ellos, así como tampoco lo logramos dilucidar quienes podemos ver esa selección en tiempo real, es cómo funciona y qué es, porque sin duda es algo diferente a lo del resto de mortales, lo que llevaban por dentro las cabezas de Sergio Busquets y Andrés Iniesta. Sí, son parte del todo que conforma una selección nacional que no deja de causar admiración más allá de sus triunfos, empates o derrotas. Sí, son un colectivo y las individualidades brillan gracias a que todo el equipo funciona correctamente. Y sí, no se trata de nombres propios frente al grupo. 

 
 

Aun así las dudas asaltan a todo el mundo futbolístico. Ya lo decía Ángel Cappa, que algo, solo algo, sabe de fútbol: Iniesta es admirable no solo por su destreza deportiva sino porque entiende de qué se trata el juego y, pese a que a veces, muy pocas, no salgan las cosas, al saberse conocedor del porqué de las cosas, las probabilidades están de su lado. Como del mismo lado está esa mente brillante, con espíritu de fonambulista, que camina por el abismo de lo inexplicable y que se llama Sergio Busquets. Omnipresente y conocedor de cuándo, dónde y cómo hacer las cosas dentro de la cancha.

 

En definitiva, una pareja de futbolistas que bien podrían dictar clase en una facultad de periodismo, pues nadie como ellos para explicar el fundamento del oficio de la prensa:
qué, cómo, cuándo, dónde y por qué.

 

Juan Pablo Pablo.