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Risa

RISA

 

La afonogelia es la palabra exacta que el diccionario emplea para definir a las personas que no pueden, de ninguna manera, reír. Una descripción que está  lejos, muy lejos, de los risueños futbolistas (casi siempre delanteros, portugueses, de Madeira y del Real Madrid) que se empeñan en sonreír. Sonreír, eso sí, de una manera sarcástica. 


Empeñados en denotar su irónico gesto ante las cámaras de televisión— por las que viven y se desviven, en detrimento de la naturalidad—critican, con amplia sonrisa las decisiones arbitrales que les perjudican.Esa sonrisa impostada viene acompañada de un leve manoteo— no vaya asee que parezca grosero—, el desdeñoso gesto de darle la espalda al juez y negar constantemente con la cabeza la resolución que no le favorece. 

En las páginas a blanco y negro de los periódicos deportivos anteriores a los años noventa  quedan las reseñas de los futbolistas que le plantaban cara al árbitro. "De aquí no te vas hasta que me expliques qué has pitado", parecían decir con aquel gesto espartano de hombría, en donde la ira se salía de sus ojos, no cedían un centímetro e, incluso, se atrevían, ya no digamos a manotear, sino a intimidar al de negro (porque así y sólo así se vestían) con las palabras que de niños los hubiese llevado directamente a lavarse la boca con jabón.

 
 

Ahora no, ahora son las risas irónicas las que pretenden minimizar la decisión arbitral. Niegan, pese a toda la evidencia televisiva que está a la mano, lo que para el público es evidente: su culpabilidad. Culpables de la infracción al reglamento y culpables del uso y el abuso del sarcasmo.

 

Juan Pablo Pablo.